Este indicador mide el grado en que una empresa utiliza la deuda para operar, calculando la relación entre el total de pasivos y el patrimonio neto tangible. El patrimonio neto tangible excluye los activos con poca liquidez y valores potencialmente inflados, lo que hace que este ratio refleje mejor la capacidad real de la empresa para pagar su deuda y su riesgo financiero. Entre ellos:

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  Se refiere al importe total de los pasivos en el balance de la empresa, incluidos los pasivos a corto plazo y los pasivos a largo plazo. Refleja el importe total de la deuda que la empresa necesita pagar y es un factor importante en la evaluación del riesgo financiero de la empresa.

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  Se refiere al patrimonio atribuible a los accionistas de la empresa matriz después de deducir los activos no líquidos o inciertos, como los activos intangibles, los gastos de desarrollo, el fondo de comercio, los gastos diferidos a largo plazo y los activos por impuestos diferidos. Refleja mejor el capital propio que la empresa puede utilizar realmente para el pago de la deuda, eliminando los factores que pueden sobreestimar el valor real de la empresa.

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  Se refiere a la parte del patrimonio en el balance de una empresa que pertenece a los accionistas de la empresa matriz, representando el interés residual de los accionistas en los activos de la empresa.

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  Se refiere a los activos propiedad de una empresa pero sin forma física, como patentes, marcas comerciales, etc. Su valoración puede ser subjetiva.

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  Se refiere al gasto incurrido por una empresa en el desarrollo de nuevos productos o tecnologías. Antes de que se convierta en un activo, su valor tiene un cierto grado de incertidumbre.

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  Se refiere a la parte del pago realizado por una empresa al adquirir otras empresas que excede el valor justo de los activos netos de la empresa adquirida. Su valoración es subjetiva e incierta en cierta medida.

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  Se refiere a los gastos que ya se han producido pero cuyo período de amortización supera un año, como los gastos de renovación. Su valor puede disminuir con el tiempo.

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  Se refiere a los activos que pueden utilizarse para compensar el impuesto sobre la renta futuro debido a las diferencias temporales deducibles, y su valor depende de la rentabilidad futura de la empresa.