La importancia del efectivo por acción radica en que vincula las tenencias de efectivo de una empresa con el patrimonio de los accionistas, proporcionando así a los inversores un indicador de referencia más intuitivo. Un mayor efectivo por acción generalmente significa que la empresa tiene una mayor liquidez y puede afrontar mejor la deuda a corto plazo o invertir en expansión. Sin embargo, un efectivo por acción demasiado alto también puede indicar que la empresa no ha utilizado eficazmente los recursos de efectivo, por lo que es necesario combinar otros indicadores financieros, como la rotación de activos, para juzgar su eficiencia operativa. Además, el nivel razonable de efectivo por acción puede variar entre empresas de diferentes industrias y en diferentes etapas de desarrollo, por lo que se necesita precaución al realizar comparaciones horizontales.