En la inversión cuantitativa, el tiempo que una empresa ha estado cotizando se considera un indicador importante para medir la madurez y la transparencia de la información de una empresa. En general, las empresas que han cotizado durante más tiempo suelen tener modelos de negocio y condiciones operativas más estables, y su información financiera es más transparente, por lo que se considera que tienen una prima de riesgo menor. Sin embargo, cabe señalar que las empresas que llevan demasiado tiempo cotizando también pueden enfrentarse al reto de la desaceleración del crecimiento. Por lo tanto, este factor debe combinarse con otros factores para una consideración exhaustiva en las aplicaciones prácticas con el fin de identificar los objetivos con valor de inversión. Este factor asume que, en comparación con las empresas de nueva cotización, las empresas que han operado en el mercado público durante más tiempo tienen más probabilidades de establecer una rentabilidad estable, un efecto de marca sólido y una estructura de gobierno más completa, lo que proporciona rendimientos de la inversión relativamente más estables a largo plazo. Sin embargo, esto no significa que las empresas que llevan mucho tiempo cotizando sean necesariamente mejores que las que llevan poco tiempo cotizando. Es necesario analizarlo en combinación con las condiciones específicas de la empresa y el entorno del mercado.